Mientras que los sectores del gran acelerador de particulas LHC se enfrían para alcanzar su temperatura de funcionamiento, todo el mundo palpita al aproximarse las mayores colisiones provocadas por el hombre.
Pero cuidado, no hay que apresurarse. Antes de hacer entrar las partículas en colisión, hay que proceder a una manipulación compleja de miles de elementos muy frágiles. Los especialistas pondrán la maquinaria en marcha, paso a paso.
A primera vista, es bastante simple. Sin embargo, miles de imanes deben funcionar a la perfección, miles de elementos de los sistemas de control deberán dar el impulso de envío esperado y miles de componentes electrónicos deben ejercer sus funciones sin fallo alguno.
El fin de semana del 26 al 28 septiembre de 2009, las partículas (protones en un primer momento, después iones) fueron enviados al ATLAS (ver figura) del LHC, lo que demuestra que la cadena de inyección funciona bien y está dispuesta a desempeñar su papel.
Para ello, toda la máquina entera debe llevarse a una temperatura de 1,9 K (-271 ° C) y asi despues aplicar la corriente que debe pasar a través de los 10.000 imanes. El sistema es extremadamente complejo. Las primeras señales indican que funciona bien, pero tomará un tiempo considerable probarlo completamente y ponerlo en servicio.
Mas tarde se inyectará un paquete de protones en la dirección de las agujas del reloj en uno de los tubos de haces. Si todo va bien, un segundo haz será inyectado unas horas más tarde en la dirección opuesta a las agujas del reloj en el segundo tubo. Una o dos semanas más tarde, los dos haces viajarán al mismo tiempo en los dos anillos de la máquina. Una vez que se mantengan estables, serán llevados a entrar en colisión. En ese instante observaremos las primeras colisiones a baja energía y los chorros de partículas producidas. Los datos recogidos no presentaran un gran interés para la física, pero permitirán afinar los ajustes.................la secuencia debe ser regulada como el mejor reloj suizo.
